Parece que fue ayer cuando escribí mi primer texto (hace ya nueve ¿largos? años). Lo he encontrado en una carpeta que creía perdida y lo cierto es que resulta extraño poder leerse a sí mismo y comparar la evolución que han seguido tus letras a lo largo de los años. Sin más demora, lo comparto con ustedes.
AZOTEA.
Cada rayo que golpea es
un hilo lumínico de esperanza,
pero quema, arde,
abrasa...
El cielo descubierto de
nubes muestra el ojo de Dios,
brillando, dando vida,
esperanza...Sí, de nuevo esperanza.
Calor que reconforta,
dulce sol, poderosa luz.
Evasión
pura...desconectas del mundo,
aparcas las
preocupaciones.
El sol ha ganado;
posee, roza y saborea tu cuerpo.
Nube que curiosea
interponiéndose entre ambos.
Hace frío...viento
suave desparrama el cabello,
mucho frío, hielo,
escarcha en la piel. Desaparece el sol.
Abres los ojos, bello
paisaje, vista nublada.
La retina se acostumbra
apreciando la penumbra.
Azul, azul, azul, observas
el mar. Quizás el mar te observa a ti.
Piensas, sientes,
padeces, sueñas...el mar es melancolía.
Suave brisa acaricia la
piel, salitre en los párpados.
Cierras los ojos, nadas
en pensamientos,
...no sabes nadar, te
ahogas...vuelves a despertar.
Ves la luna...cielo
estrellado, bella doncella.
Luna, sol de las
tinieblas...
Alivias la oscuridad,
iluminas la noche.
Aliada del sol, ¿Te
sientes menospreciada?
Pues todos duermen
cuando irrumpes en el cielo,
te dan la espalda...Yo
seré tu amante.
¡Espera! No te vayas...
Ya es
tarde...amanece...
Sol Naciente.